lunes, 12 de enero de 2009

ENSAYO

ENSAYO: TECNOLOGIA DE LA INFORMACION Y LA COMUNICACIÓN ¿LIBERA O DOMINA?




Todos hemos escuchado que uno de los indicadores del progreso de una nación puede medirse en base al grado de avance tecnológico que demuestre, todos hemos sido testigos de las aportaciones que en materia de comunicación e información ha tenido la tecnología y también no podemos negar que es imposible abstraerse del rumbo que esta corriente moderna tecnológica nos marca. Sin embargo, también hemos escuchado opiniones dispares de aquellos que apoyan la tecnología a diestra y siniestra contra aquellos que casi lo consideran un engendro del mal.


Esta reflexión que plasmo surge de cómo, a medida que se han dado los grandes avances tecnológicos, también suelen aparecer nuevas formas de mentalizar la realidad. ¿A qué me refiero? Todo viene a colación, y no puedo evitar desempolvar mi lado médico, por el comentario que un paciente alguna vez me hizo respecto a que el uso de la computadora estaba dominando su tiempo, su espacio y su vida en general; y algo más importante, que a pesar de encontrarse “conectado” con muchísimas personal a lo largo del mundo, no lograba entender como se sentía cada vez mas solo.


Retomando, cuando comentaba de mentalizar la realidad me refería a “nuevos” padecimientos que son de índole psiquiátrica como son la tecnofobia y la tecnofilia.


Que un mal empleo de la computadora genera un dependencia tal como la ocasionada por el alcohol y el tabaco, y que paradójicamente aunque se trata de una herramienta de comunicación, precisamente una enorme soledad y carencia afectiva, es lo que lleva a depender de ella.


Es sorprendente cuando algunos informes señalan que para medir el grado de analfabetismo electrónico se requiere saber el número de computadoras que se utilizan, el coste de las mismas, el número de graduados en informática, etc. ¿Será que esto señale realmente el grado de analfabetismo? Creo que, como señala Freire, hay muchos que cumpliendo esos parámetros señalados, son todavía grandes analfabetos porque no saben darle un uso adecuado a la tecnología.


Utilizarla se torna en una gran responsabilidad, la parte técnica podría decirse que cualquiera la aprende rápidamente pero la parte “intelectual” no todos saben aplicarla, en esa parte recae el ser crítico para utilizar adecuadamente la información y para saber comunicarse con los demás; el saber ser autónomo en el manejo de la información y el de ser participativo, para con que con dicho uso realmente se influya positivamente en el entorno inmediato. Debido a esto último es que el creer que porque se accede a todas partes del mundo de manera virtual ya es como dominar el mundo, resulta en la gran mentira; lo virtual no deja de ser virtual, y nuestro entorno inmediato donde en verdad podemos influir, no tiene esa característica, es tan real como nosotros mismos; es por ello que nada se compara con la magia de comunicarse “cara a cara” como antaño; con el poder que da la palabra entre seres humanos que comparten un algo común y con todo lo que se puede comunicar, sin palabras, solamente viendo, escuchando e interactuando en un ambiente de genuina solidaridad.


Para algunos la tecnología, entonces, resulta en el arma de dominación y control así como de exclusión de su realidad encapsulándolos en una realidad virtual; para otros, que entienden el concepto de liberación, resulta en un facilitador que permite liberar sus mentes de las ataduras que implican la irreflexión y la intolerancia hacia los demás y ese espacio virtual se torna en una aporte positivo para los que otros pueden acceder sin prejuicios.






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